Debemos comprender que nosotros es quien determinamos nuestro destino. vivimos nuestra energía trabajando constantemente con el libre albedrío, lo que nos sucede es la consecuencia a causas que nosotros mismos hemos producido, en esta o en otra vida, con excepciones cuyas causas son ajenas a nosotros, esto pasa porque somos instrumentos divino para aportar el equilibrio en nuestro mundo e tambien a los que nos rodean, algo dentro de una situación buena o mala, aprenderemos algo nuevo.
Lo que nos molesta o irrita de las personas que nos rodea, también está en nosotros, se nos reflecte para que prestemos la atención en el punto determinado de nuestros defectos y error, observamos lo que esta mal y ajustemos nuestra energía.
Exactamente todo lo que vemos en los demás, es el espejo del universo nos ayudando a reconocer en él, se aprendemos a miramos en nuestro interior, reconoceremos.
Si aprendemos a vivir dentro de una energía positiva, donde solo vibramos pensamientos de amor, ofrecemos nuestra luz a los demás sin excepciones,actos de amor y amistad incondicional. empezaremos a vivir en el cielo, empieza a morir la ignorancia, los deseos, las limitaciones, es la muerte de nuestra conciencia oscura, el amansamiento del ego, el descubrimiento de la luz en nuestra vida.
Si pensamos con el ego y hacia el ego, despreciamos, criticamos o no aceptamos, la energía que vivimos, entramos entonce en el infierno, criado y dirigido por nosotros mismos, por no reconocernos nuestros propios defectos, y por culpar a los demás con nuestros actos desprovistos de amor y llenos de inmenso ego.
En este estado de percepción en nuestra vida, nuestras antiguas creaciones de miedo, angustia, ira, etc., se transforma en Habilidad, soltura para hacer siempre algo nuevo, ganaremos aptitudes y disposiciones para arreglar cualquier tema en nuestra vida.
Para entrar en contacto con esta energía elevada, debemos nos dirigir así a nuestro ser interior, e aceptar que solamente a través de cada aprendizaje, que se tiene que realizarse en medio de todas las dificultades del mundo terrenal, podremos alcanzar la sabiduría.